jueves, 20 de septiembre de 2007

hacia el 600 aniversario


El Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer ha cumplido 30 años en su actual emplazamiento en la localidad valenciana de San Antonio de Benagéber. Al frente del mismo, dos Ontinyentins hace posible que sea una realidad “única obra que queda viva en la actualidad del patrono de la Comunidad Valenciana”. El Colegio, ha iniciado la preparación del 600 aniversario de su fundación, que se celebrará en el año 2010. El colegio tuvo que abandonar en 1968 su primera sede en Valencia ante la situación de ruina en que se encontraba el edificio. Desde 1968 hasta 1977 “se sucedieron diversos emplazamientos temporales mientras se llevaban a cabo las obras de construcción de su sede actual en San Antonio de Benagéber, según han indicado hoy fuentes del centro.

El complejo dispone de unas instalaciones de 70.000 cuadrados, con aulas informatizadas, talleres para manualidades, pinada, polideportivo cubierto y piscina. Además, cuenta también con una capilla que alberga “la única reliquia de san Vicente Ferrer que hay en España, el radio de su brazo derecho, donado al colegio por el ministerio de Cultura de Francia y la diócesis gala de Vannes, donde está enterrado el santo”, han añadido.Asimismo, el Colegio Imperial de Niños Huérfanos San Vicente Ferrer ha impulsado un sistema educativo pionero en Europa que incluye la participación de varios matrimonios, contratados por el centro, que ejercen como familias educadoras de los internos y viven con ellos en pisos habilitados en las propias instalaciones. En la actualidad, el colegio acoge a 80 huérfanos, niños, adolescentes y jóvenes, que han perdido a los dos progenitores o a uno de ellos, así como a “niños de familias monoparentales, es decir, con madres solteras o padres o madres abandonados”, según las mismas fuentes que han añadido que este año la principal novedad es que 8 alumnos conforman por primera vez un Colegio Mayor. “Los colegiales podrán así completar unos estudios, que comenzaron en la Fundación cuando tenían 6 años, en diversos centros educativos de Valencia, incluida la Universidad Católica”, han asegurado.Asimismo, en el centro, de carácter mixto y concertado, además de los huérfanos residentes, “acuden a estudiar también otros 160 alumnos” en los niveles de Primaria y Secundaria. El título “Imperial” del colegio “lo otorgó el emperador Carlos I, que además donó una casa suya en Valencia para que fuera sede del orfanato”. Posteriormente, “Felipe II le dio carácter de centro educativo y benéfico”.