l Ayuntamiento de Ontinyent ha adjudicado los trabajos de reparación del partidor de aguas de La Mota de Caputxins a la empresa Beltoan, que se encargará de la recomposición de las partes dañadas por el impacto de un camión el pasado mes de enero.
El proyecto, que se ha adjudicado por 20.477,13 euros, consiste básicamente en la recolocación de los sillares, la reconstrucción de la cimentación existente y de los muros de mampostería.
Lina Insa, alcaldesa de Ontinyent, indica que “el partidor de aguas de La Mota del Caputxins va a ser reparado, tal y como se en la comisión mixta de Asesoramiento del Patrimonio Histórico-Artístico”.
La alcaldesa explica que “el partidor es un elemento protegido e incluido en el Catálogo de edificios protegidos en el Medio Rural por su valor histórico-artístico y arquitectónico, por lo que su reparación es necesaria para preservar los elementos definitorios de su estructura arquitectónica”.
Como se recordará, el partidor de aguas sufrió el pasado 8 de enero el impacto de un camión cuando éste iba a girar en la rotonda donde se encuentra ubicado el edificio.
Tras el golpe, la estructura quedó bastante dañada, aunque la distribución de aguas no se vio afectada. Al tratarse de una pieza protegida, el gobierno municipal solicitó de forma urgente un informe tanto al arqueólogo como al archivero municipal para proceder a la redacción del proyecto de reparación.
El partidor de aguas de la Mota está ubicado dentro de la rotonda que, junto a Mesta, da acceso al camí de la Farola y al Camí Vell d’Agullent desde el núcleo urbano de Ontinyent, en el barrio de Sant Josep.
Es una construcción del siglo XVI y representa la modernización del regadío en la huerta de Ontinyent en aquella época. Se trata de un edificio de forma cuadrada y con cubierta piramidal, realizada principalmente con piedra y mortero que dispone de una puerta metálica de color azul en buenas condiciones a la que se accede bajando por unos escalones.
En la instalación se ubica un partidor que deriva las aguas del Riego Mayor a los brazales de l’Arbre, Vila y la Canal, de los cuales todavía es funcional el último de ellos, ya que los terrenos que regaban los dos primeros forman parte desde hace más de 25 años de la trama urbana.
